Todos hemos sido protagonistas de los mejores push y hook cuando por una pérdida de coordinación, equilibrio y ritmo, modificamos los ángulos de la espalda en el swing. Al cambiar los ángulos del cuerpo, dependemos del movimiento de las manos para cuadrar la cara del palo en el impacto, lo que causa un swing inconsistente y el desastre si estamos jugando un torneo. Además podemos conseguir como premio, dolor de espalda.

Muchas veces todo se inicia con posturas forzadas de la espalda durante el swing. Aunque lo ideal es mantener una postura neutra durante el mismo, los amateurs suelen perderla durante una partida, sacando el trasero (postura en S) o encorvando la espalda (postura en C). Si a esto se añade un régimen de vida con escasa variedad de movimientos, la aparición de lumbalgia es solo cuestión de tiempo.

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Por: Dr José Vicente  Martínez Quiñones
El palo de golf de un golfista puede alcanzar velocidades superiores a los 200 km/hora. Es una realidad que el 30% de los jugadores profesionales de golf juegan con alguna lesión, y que entre el 45-50% de los golfistas tienen dolor de espalda.
Todo jugador de golf que mantiene un entrenamiento regular sabe que el control del vuelo y destino de la bola dependen del alineamiento de la cara del palo, de la travesía del swing, del ángulo de ataque y de la velocidad.

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Por: Dr Martínez Quiñones:

En esta ocasión vamos a detenernos en la epitrocleitis o “codo de los jugadores de golf” (algunas personas también lo llaman epicondilitis medial). De forma genérica podemos decir que se trata de una afección del codo secundaria a una tendinitis en la inserción de los músculos epitrocleares (músculos flexores de la muñeca y de los dedos, y de la pronación del antebrazo -dejar la palma de la mano mirando hacia abajo-).

Leer más: CODO DE LOS JUGADORES DE GOLF

Lumbalgia y golf

Por:  Dr. Martínez Quiñones, JV
Neurocirujano
Tfno. 608 349180

Una de las preguntas que más frecuentemente me hacen mis pacientes es si se puede jugar al golf con lumbago. Mi respuesta es que no.
Permítanme que matice.

Cuando abrimos o cerramos una puerta, esta gira merced a las bisagras con las que se encaja en la jamba de la puerta. Lo habitual es que con el movimiento no chirríen. Del mismo modo, nuestra columna se mueve gracias a unas articulaciones que actúan a modo de “bisagras” permitiendo un movimiento natural sin perder el quicio (rango de movimiento normal). Cuando “chirrían” estas articulaciones, se puede originar un lumbago o como los médicos decimos una lumbalgia (dolor lumbar).

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